Tampico, México. Jueves 28 de junio de 2012.
Hay que ser francos: normalmente, la Mercadotecnia Política
no es un área que llame la atención de un gran porcentaje de los mexicanos que
se dedican de manera profesional a esta apasionante licenciatura.
Las razones son muy variadas: falta de interés, nulo
espacio para la originalidad, pocas oportunidades laborales estables, entre
otras, aunque destaca el inminente hecho de que normalmente los que coordinan
una campaña política tienden a ser cualquier cosa menos mercadólogos,
publicistas o comunicólogos.
Lo anterior repercute en la calidad de la comunicación
y por supuesto trae como resultado una ínfima posibilidad de inventar el hilo
negro, aunque es verdad que, últimamente, las campañas políticas en México han
cambiado considerablemente; cabe señalar que lo que han cambiado son
precisamente las campañas y no el producto que anuncian éstas.
Para el momento en que se está publicando este
artículo, ha finalizado ya el periodo que el Instituto Federal Electoral otorga
a los Partidos Políticos para realizar actividades de propaganda electoral. Sin
embargo, lejos de ser –como lo marca el IFE- un “tiempo para reflexionar”,
serán los tres días más calientes en lo que a patadas de ahogado se refiere…
algo así como la “canícula del sexenio”.
Y no es para menos el alboroto, pues estamos por
decidir a quien será nuestro Presidente durante los próximos seis años. ¡Ah,
sí! Y también a nuestros flamantes Diputados y Senadores, que se dedican a
salvar al mundo cada tres y seis años, respectivamente, Dios los bendiga pues
quién sabe qué haríamos sin ellos y su importante contribución a la humanidad.
Como se ha mencionado, la Mercadotecnia Política
en México ha sufrido innumerables cambios, no así los políticos, que parecen
todos cortados con la misma tijera pero adornados de diferente color; basta con
remitirnos al menú que tenemos actualmente para decidir este 1° de julio.
Por el Partido Acción Nacional (PAN) se encuentra
Josefina Vázquez Mota, quien a la fecha parece estar en el tercer lugar de las
preferencias electorales. JVM inició su estrategia de medios con una ventaja
diferencial que difícilmente podría igualar cualquiera de los demás candidatos:
el ser mujer. Considero que en cierto momento de la campaña abusó de dicho
atributo, o en su defecto le faltaron originalidad y argumentos de mayor
contundencia para explotarlo. Aún así, le bastó para ser considerada como la
candidata con menos “cola que pisarle”, aunque sin muchas ideas precisamente
“diferentes”, palabra a la cual más ha recurrido como slogan.
Como abanderado del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) se colocó a Enrique Peña Nieto, candidato al que la mayoría
de los medios de difusión ubica en el primer lugar de las encuestas pre
elección, rodeado de un sentimiento de suspicacia generalizada por quienes lo
señalan, precisamente, como “el candidato que los medios quieren imponer”.
Después de una serie de errores de expresión, de interpretación, de
desinformación y hasta de pronunciación, EPN ha ido perdiendo de manera
constante tanto seguidores en redes sociales como simpatizantes en todo el
país.
El tercer candidato en cuestión es lo que podríamos
denominar un “relanzamiento de marca”. Andrés Manuel López Obrador,
candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha pasado de ser un
orquestador de marchas en 2006
a un pseudo mesías para la nación en 2012. AMLO es quien
parece proponer el cambio que muchos mexicanos tienen en la cabeza pero no
pueden llevar a cabo, algo tan sencillo como quitarle poder a los que lo tienen
en exceso y darle oportunidad a aquellos que más han sido perjudicados con el
sistema que ha prevalecido durante décadas. Sin embargo, sus constantes
inconsistencias de expresión así como sus intentos fallidos por dar cifras contundentes
que le han corregido en varias ocasiones, suelen proyectarlo como una persona
errática y con poco autocontrol, cosa que han aprovechado sus competidores para
un par de campañas de descalificación.
Y en último lugar, pero no por ello menos importante…
o a decir verdad, sí, el candidato menos importante: Gabriel Quadri,
representante del Partido Nueva Alianza (PANAL), que sorprendió en el primer
debate por sus propuestas progresistas y bien fundamentadas, que reforzó en el
segundo debate con sus argumentos bien documentados, pero que se desinfló
cuando se dio a conocer la importante influencia de Elba Esther Gordillo como
la abeja reina de ese “panal” del cual solamente sus allegados reciben la miel.
No olvidemos que la Mezcla de Mercadotecnia se compone
de cuatro pilares fundamentales, que son: Producto, Precio, Promoción y Plaza,
y cada uno de ellos es tan importante como cualquier otro, pero definitivamente
todo debería girar en relación al Producto, el cual marca la pauta para el
desarrollo del resto de la mezcla.
Lamentablemente, en esta ocasión sobra decir (con base
en el porcentaje de indecisión) que ninguno de los productos convence
enteramente a la mayoría del mercado mexicano, lo cual por desgracia se
convierte en una mala costumbre que –al parecer- los clientes tenemos que
aceptar: que nos vendan un Producto chatarra, con una de las estrategias de
Plaza con mayor cobertura, una campaña de Promoción intensiva y con alcance
universal, y lo que es peor, a un Precio insoportablemente caro que, nos guste
o no, todos tenemos que pagar.
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